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24/02/2025 - opinión
- TecnologíaMedio ambientereparación
Sobre la técnologia y una vida sencilla
¿Sabes hacer fuego?, o necesitas un encendedor para conseguirlo?
Déjame adivinar, no, no sabes hacer fuego sin ayuda de encendedor, fósforos o cerillos como se le conoce en otros lados.
Estoy casi seguro que cuando oyes hablar de tecnología, raramente piensas en algo tan sencillo como un fósforo y más comúnmente se te viene a la mente una computadora, tu celular o algún condensador de flujo que te ayude a viajar en el tiempo.
Desde un horno para hacer pan, hasta un framework para desarrollar aplicaciones web, todo es tecnología.
Difícilmente como sociedad toleraríamos nuestro ajetreado estilo de vida sin un smartphone o tablet para ver YouTube o ver esa serie que tanto te gusta. También es probable que no pudieras comer si quien trabaja la tierra no tuviera un arado o la posibilidad de canalizar el agua que riega la tierra. Lo importante es entender y usar responsablemente esa tecnología.

Ahora bien, considero que tenemos un problema con las herramientas del siglo XX, y es que son tan complejas que requieren una considerable cantidad de tiempo para poder ser siquiera comprendidas. Esto es un gran problema de cara a democratizar el acceso a estas herramientas. Cuando se nos estropea algo que usamos a diario, a veces puede ser complejo conseguir cómo repararlo. Si a esto le agregamos que vivimos en un lugar remoto y poco urbanizado, el problema se duplica.

Reparar en base al valor de las cosas
Es probable que sea más común para las personas reparar la tecnología que usa en base al valor monetario. Reparar o enviar al taller el auto es más común que reparar una calculadora pues es obvio que resulta sencillo reemplazar una calculadora que un auto.
Pero esto genera un problema que escala a medida que un aparato está adoptado de manera extendida en la sociedad.
No nos detenemos a pensar cuánto cuesta producir una calculadora pues su valor económico es bajo y no refleja el costo de producción y mucho menos los impactos sociales o ambientales que tiene su producción.
Solo sabemos que es algo barato pero que tiene un valor técnico alto y resuelve un problema de manera eficiente. Este “milagro” es fácil de conseguir y no requiere entender más de él que saber cómo usarlo, si se rompe lo reemplazo.
Sencillo no?

Te adelanto que reparar esa calculadora en efecto no es sencillo, pero sí es posible. Uno de los problemas a sortear es encontrar repuestos e información de cómo está construida (planos y manuales de servicio). Lo mismo ocurriría con tu auto si no hubiera presión de la sociedad por tener acceso a la información de cómo reparar un auto.
PD: esto está ocurriendo con vehículos de alta gama y modelos muy exclusivos, donde las marcas no te dan garantía si no usas sus servicios técnicos propietarios.
Esta brecha entre el valor monetario y el valor técnico de las cosas es lo que nos lleva a tener una relación desigual con la tecnología.
La vida sencilla que deberíamos tener ahora es un lujo, pues la tecnología que usamos no es sencilla de entender. Y como individuos tampoco estamos muy por la labor de entenderla.
Tampoco es enteramente nuestra culpa, como decía más arriba las marcas tampoco lo ponen sencillo, es normal que ellas intenten proteger lo que consideran su propiedad intelectual y material frente a la falsificación por ejemplo. Pero esto genera un daño colateral en la sociedad. Nos hace dependientes de algo que no podemos controlar y puede pasar factura.
¿que podemos hacer?
La solución no es sencilla, requiere un cambio de mentalidad a gran escala, pues todos estamos implicados de una u otra manera. Algunos dirán que es menester de gobiernos y de actores regulatorios poner más presión para que los fabricantes de tecnología sean más transparentes y abiertos con la información de sus productos. Pero dudo que eso ocurra en el corto plazo. Como usuario el balón está en nuestra cancha, debemos ser más críticos con lo que consumimos y aprovechar que vivimos en un tiempo interesante donde la información está al alcance de un clic.
Tal vez no podemos entender todo lo que nos rodea pero con que pongamos una pizca de interés en entender algunas cosas, ya podríamos estar haciendo un cambio, más allá de criticar a ese aparato que te roba el tiempo y te hace sentir tan vulnerable, intenta entenderlo un poco más esto te pondrá las cosas en perspectiva.
No es necesario que te conviertas en un experto en todo, pero sí en algo que te interese, esto te ayudará a entender mejor el mundo que te rodea y a tomar decisiones más informadas. Usa la tecnología a tu favor, no dejes que ella te use a ti.